La iglesia de la Vera Cruz,
anteriormente conocida como del Santo Sepulcro, situada en el barrio de San
Marcos. Está situada al norte de la ciudad, muy cerca del convento de San Juan
de la Cruz, en la ladera que asciende hasta Zamarramala, localidad de la que
fue, durante siglos, iglesia parroquial.
Es una singular edificación de
estilo románico declarada Monumento nacional en 1919. Consta de una nave con
planta dodecagonal que circunda a un pequeño templete (edículo) central de dos
plantas, a la cual se le añadieron los ábsides y la torre. Es uno de los
templos de este estilo mejor conservados de Europa.
HISTORIA DEL EDIFICIO.
La construcción de este templo ha
sido tradicionalmente atribuida a los Templarios, pero actualmente se cree que
fue la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén la que realizó su construcción y
que dependió, como encomienda, de la colegiata de Toro (Zamora).
El templo fue dedicado el 13 de
abril de 1208, tal y como atestigua la lápida que se halla frente a la puerta
lateral en el templete que narra.
En 1216 el papa Honorio III
concedió como reliquia un trozo de la cruz de Cristo, el lignum crucis, al
templo. Dicha reliquia se llevó en 1692 a la nueva iglesia parroquial de
Zamarramala donde aún se conserva.
En el año 1531 y como resultado
de la unificación de la Orden del Santo Sepulcro con la Orden de San Juan de
Jerusalén pasó a depender de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San
Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta.
Al edificio original se le añadió
un ábside que en la actualidad se utiliza como sacristía, posteriormente se le
añadió la torre, que en un primer momento estuvo separada del templo, y más
tarde los tres ábsides que conforman la cabecera de la iglesia actual.
En 1692, cuando se levantó la
iglesia parroquial en la localidad, dejó de ser parroquia de Zamarramala
pasando a estar bajo la titularidad de la Virgen de la Paz, cuya imagen, de
estilo románico y realizada en piedra, preside uno de los ábsides.
En 1836, por la desamortización
de Mendizábal, fue intervenida por el estado y salió a subasta pasando a ser
usada como pajar. Recuperada para el culto a principios del siglo XX, fue
declarada Monumento Nacional por Real Orden del 4 de junio de 1919. El 31 de
mayo de 1951 volvió a tomar posesión de ella la Orden Militar y Hospitalaria de
San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, que se encarga de su conservación y
custodia.
ARQUITECTURA
El templo está realizado en
estilo románico, de transición al gótico, con una nave de planta dodecagonal,
que circunda un edículo de dos alturas, a la que se han añadido tres ábsides,
una sacristía semicircular y una torre de planta cuadrada.
Este tipo de construcciones, que
tienen como antecedente directo los baptisterios romanos de los primeros
tiempos del cristianismo, fue muy utilizado por diferentes Órdenes Cruzadas. Se
estima que se tomó como ejemplo la Mezquita de la Roca y la Basílica del Santo
Sepulcro de Jerusalén. Los Templarios, que tuvieron su sede en Tierra Santa en
la Mezquita de la Roca, construyeron sus iglesias de Zaragoza (calle del
Temple), París (Francia) y Tomar (Portugal) utilizando este tipo de
edificación, lo mismo que hizo la Orden del Santo Sepulcro en Torres del Río en
Navarra.
El muro exterior es de sillería,
y en él se abren pequeñas ventanas saeteras de medio punto que dan luz al
templo. Como única ornamentación de la fachada posee unas molduras que recorren
los lienzos. En las aristas se ubican contrafuertes que refuerzan la
estructura. Hay dos habitáculos a los que únicamente se puede acceder desde el
exterior mediante escaleras de mano cuya función se desconoce.
PUERTAS DE ACCESO
Hay dos puertas de acceso al
templo, la principal en la fachada oeste, que coincide con el eje del ábside
central, tiene un vano adintelado con un tímpano liso y cuatro arquivoltas
decoradas con dientes de sierra. A cada lado, tres columnas poseen capiteles
esculpidos que muestran aves, lucha de guerreros, bustos humanos, demonios y
sirenas-pájaro. Sobre un tejado con canecillos se halla una ventana.
La puerta lateral de la fachada
sur, se halla frente al lugar donde se ubica la lápida de dedicación del
templo. Está conformada por un arco de medio punto y carece de tímpano. Tiene
sobre ella, en la parte exterior, un relieve en el que se representan las
Santas Mujeres y el Ángel al pie del sepulcro vacío de Jesucristo. Las
arquivoltas están sin ornamentar y los capiteles están decorados con motivos
vegetales, con alguna figura de bustos humanos y pájaros-sirenas.
TORRE
La torre es de planta cuadrada
con tejado a cuatro aguas. Tiene cuatro cuerpos y el último, en donde se alojan
las campanas, posee dos ventanas en cada lado con arco de medio punto. En la
base se refuerza con contrafuertes.
CAPILLA DEL LIGNUM CRUCIS
Situada en los bajos de la torre,
en ella se veneró una reliquia de la Cruz. Hay una hornacina del siglo XVI
tallada en piedra con los escudos de uno de los Comendadores de la Orden del
Santo Sepulcro. La reliquia de la cruz se encuentra en la iglesia parroquial de
Zamarramala, a donde fue trasladada después de sufrir varios intentos de robo.
ÁBSIDES
En el ábside central se halla una
imagen de Jesús crucificado del siglo XIII colocada en ese lugar en la reforma
de 1951. La imagen fue adquirida a un anticuario.2
En el ábside izquierdo se ubica
la capilla del sagrario en donde se halla una copia de la imagen de San Juan
Bautista, patrono de la Orden de Malta, cuyo original está en la sede de esta
orden en Madrid.
En el ábside derecho se halla la
imagen románica de la Virgen de la Paz.
RETABLO DE LA RESURRECCIÓN
Situado en una de las paredes de
la nave circular es el retablo que adornó el ábside central. Data de 1516, de
la escuela castellana con escenas de la vida de Cristo.
EDÍCULO
El edículo es un pequeño templete
de dos plantas situado en el centro de la iglesia. Se accede por una escalera
doble bajo la cual se abre el acceso al piso inferior, enfrentado con la puerta
principal. La segunda planta está coronada por una cúpula califal y en el
centro se ubica un altar con decoración mudéjar. El piso inferior, con cuatro
accesos de arcos apuntados, orientados con los puntos cardinales, posee una
bóveda de crucería.
Se desconocen los usos que se
daban a estas salas. Se estima que en la superior se realizaba la vela de armas
antes de los cruzamientos de los caballeros y en la inferior se realizaban
actos penitenciales. En la actualidad en la planta superior se escenifican los
ritos religiosos de los Caballeros de la Orden de Malta.
BANDERAS
A lo largo de toda la nave se
sitúan las banderas de la Orden de Malta que hacen referencia a las lenguas en
la que se divide. Estas son:
·
Orden y religión de San Juan de Malta.
·
Lengua del Delfinado y de Auvernia.
·
Lengua de Italia.
·
Lengua de Castilla y León.
·
Lengua de Alemania.
·
Lengua de Aragón y Navarra.
·
Lengua de Francia.
·
Lengua de Provenza.
·
Escudo de la Soberana Orden Militar de Malta.
En los muros de la nave perduran
restos de la antigua decoración mural así como dos hornacinas, una con el icono
de la patrona de la Orden de Malta, Nuestra Señora de Philermo y otra con el
icono del patrón, San Juan Bautista.
CURIOSIDADES Y LEYENDAS
La iglesia de la Vera Cruz es un
lugar de fuerte simbología. La mera vinculación del edificio a la Orden
Templaria crea una disposición espacial a la leyenda. La forma dodecagonal lo
vincula con el Santo Sepulcro de Jerusalén y se le buscan similitudes con la
Cúpula de la Roca, supuesto templo de Salomón, en Tierra Santa.
La planta dodecagonal vincula el
templo al número 12 que tiene un amplio simbolismo en la tradición
judeocristiana. El 12 hace referencia a los 12 apóstoles, las 12 Tribus de
Israel, las 12 puertas de la Jerusalén, a los 12 signos del Zodíaco y los 12
meses del año.
Una creencia popular afirma que
bajo el suelo de la iglesia hay enterrado, junto a los caballeros templarios,
una acumulación de las riquezas que estos trajeron y que guardan y protegen.
Cualquier intento de profanación es respondido con rayos fulminantes que emanan
de los cadáveres que allí reposan.
Otra leyenda hace referencia a la
ausencia de grajos en los alrededores del edificio. La creencia cuenta que poco
después de la inauguración del templo murió un caballero templario que estaban
en él. En su vela, en un descuido de los demás hermanos, que lo dejaron solo,
fue atacado por los grajos que dañaron el cuerpo. El prior maldijo a estas aves
impidiendoles entrar o acercarse a la iglesia. Desde entonces nadie ha vuelto a
ver grajos en la Vera Cruz.