El dolmen de Menga puede
considerarse un sepulcro de corredor. En la planta del sepulcro se pueden
distinguir tres zonas: un atrio, un corredor y una gran cámara funeraria,
aunque la diferencia entre los dos últimos espacios está muy poco marcada. La
longitud total del conjunto alcanza los 27,5 metros.
El atrio
Entendemos por atrio el espacio
que se localiza al comienzo del corredor de algunos sepulcros megalíticos.
Propiamente, es una parte más del corredor pero, al tener forma trapezoidal y
con la base más ancha mirando hacia el exterior, recuerda a una especie de
soportal o "recibidor". Parcial o totalmente, debió estar sin cubrir.
En Menga, se conservan de él
restos de dos ortostatos (losas verticales) desmochados, uno a cada lado de la
entrada, aunque las dimensiones reales y naturaleza constructiva de dicho atrio
quedan por precisar.
El corredor
Menos dudas ofrece el corredor,
que estaría compuesto por cuatro ortostatos a izquierda y otros tantos a la derecha, cubiertos con la
losa o cobija que se observa desde el exterior. Una ligera discontinuidad marca
el paso hacia la gran cámara funeraria.
La Cámara funeraria
Ocupa casi tres cuartas partes
del edificio conservado. Tiene planta alargada y tendente a lo oval. Se
diferencia del corredor por un ligero estrangulamiento que sólo queda marcado
por la distinta orientación de los dos primeros ortostatos que la configuran.
Está compuesta por 7 ortostatos en cada lateral y una gran losa que configura,
al fondo, la cabecera del sepulcro. Estas losas pueden alcanzar hasta 4.7
metros de altura, incluido el metro aproximado que queda introducido en la zanja
de cimentación, y tienen un grosor en torno al metro y medio. En lo alto, el
espacio se cierra con cuatro descomunales losas de cubierta (cobijas); alguna
de ellas ronda las 150 toneladas de peso.
Sin duda llaman la atención los
tres grandes pilares que se alinean a lo largo del eje longitudinal de la
cámara, coincidiendo con la unión de las cuatro losas de cubierta. Se trata de
un recurso constructivo muy raro en el Megalitismo europeo. Se puede decir que
no responde a patrones generalizados en otras zonas o regiones. Por tal motivo,
se ha discutido mucho sobre su función y significado. La verdad es que estos
pilares dan al conjunto un aspecto más habitacional que funerario, quizá este
fue uno de los motivos que llevó a Rafael Mitjana, en el siglo XIX, a reconocer
en el edificio un auténtico templo celta. La ubicación estratégica que hace
descansar en cada pilar dos losas de cubierta, anima a pensar que se trata de
un recurso constructivo orientado a consolidar la estructura y evitar
derrumbes. Sin embargo, si observamos detenidamente la parte superior de los
pilares, podremos percatarnos de que ni siquiera tocan las cobijas.
En los trabajos realizados en
2005 se descubrió, en el último tramo de la cámara de Menga, tras el tercer
pilar, un profundo y estrecho pozo que se encontraba cegado. Tiene una
profundidad de 19.50 m. Sin duda, debe ser el que debió excavar R. Mitjana en
1847 y que con posterioridad recogía en su crónica viajera Lady Tenison. Hasta
el día de hoy no existen técnicas para datar la construcción de esta estructura
pero confiamos, algún día, en aclarar esta incógnita.
Comentario
El dolmen de Menga se orienta
hacia el noreste (acimut de 45º), es decir, al norte de la salida del sol en el
solsticio de verano, algo totalmente anómalo en el contexto cultural en el que
se sitúa. Esto significa que se encuentra fuera del arco en el que el sol puede
aparecer en el horizonte. Sin embargo esta peculiaridad se comprende
rápidamente si se sitúa a la entrada del dolmen dirigiendo su vista hacia el frente.
Su mirada se topará con la excepcional Peña de los Enamorados, un hito espacial
cuyo perfil nos recuerda la cara de una mujer durmiente mirando hacia el cielo.
En la barbilla de dicho perfil se encuentra el abrigo de Matacabras donde
existen pinturas rupestres de estilo esquemático, lo que viene a reforzar la
convicción de la importancia otorgada a tal lugar. En los albores del solsticio
de verano Menga se convierte en un lugar mágico, incidiendo la luz del sol
directa hasta su séptimo ortostato. En este día, todos los años, se abren las
puertas del recinto excepcionalmente a las 6:45 para que el público pueda
observar el fenómeno (es imprescindible reservar con antelación ya que el aforo
está limitado por razones de conservación).
Información tomada de: https://www.museosdeandalucia.es/web/conjuntoarqueologicodolmenesdeantequera/-/dolmen-de-menga-cueva-de-menga
Documental: La mirada de los dólmenes - Programa "Crónicas" de RTVE.