El lunes, 15 de abril de 2019, Día Internacional del Arte,
un grave incendio acababa con una de las joyas del gótico francés, símbolo de
París y Patrimonio Mundial de la Unesco. La aguja y el techo de hundieron,
aunque llegó a temerse por un desastre total. No era la primera vez que este
edificio sufría algún percance (ya había sufrido mutilaciones durante el reinado de Luis XIII, y restaurada por Viollet-Le Duc en el siglo XIX, así como otra restauración iniciada en 1991 para subsanar los daños ocasionados por la Segunda Guerra Mundial), si bien, la novedad en este caso radicaba en
que el incidente era seguido desde cualquier lugar del mundo a través de las
redes sociales e internet, segundo a segundo. Acto seguido, el presidente
Emmanuel Macron iniciaba una colecta mundial para su reconstrucción.
El origen del incendio parece encontrarse en las obras de
renovación que se realizaban en el templo. De la estructura de las cubiertas
que datan del siglo XIII y siglo XIX, no quedó nada, así como de muchas de sus vidrieras, la sillería del coro y un importante número de esculturas como la Piedad de Nicolás Coustou. No obstante se han salvado la corona de espinas, la túnica de San Luis y uno de los clavos con los que fue crucificado Jesucristo.
Desgraciadamente, el fuego es uno de los peores enemigos del
Arte. Podemos recordar los incendios del Liceo de Barcelona en 1994, La Fenice
en Venecia en 1996,
Algunas imágenes del incendio